El proceso de la osteointegración consiste en que las células óseas se adhieren a una superficie metálica. Se utiliza para el anclaje permanente de prótesis al hueso del brazo o de la pierna. Fué descubierta por el profesor Per – Ingvar Branemark.
El proceso quirúrgico consiste en insertar un implante de titanio en el hueso de la extremidad amputada (muñón), una parte del implante sobresale de la piel para que se una a la prótesis.
La osteointegración permite mucha más estabilidad y un rango de movimiento completo de la articulación, además de que el paciente tiene la sensación de que la prótesis es su propia extremidad (osteo percepción natural). Sin duda esta técnica mejora en gran medida la calidad de vida de las personas amputadas.
VENTAJAS
INCONVENIENTES
El único cuidado que debe tener en cuenta un paciente de osteointegración es limpiar el estoma (zona en la que el implante entra en contacto con la piel) dos veces al día con agua y jabón. Es posible que se irrite la piel alrededor del estoma y que en en el primer año después de la implantación, se puede experimentar un intenso dolor muscular, pero este dolor desaparece tan pronto como los músculos del muñón se vuelven más fuertes.
Según un estudio realizado en 2011 por Radboud University Nijmegen Medical Centre se observó que la velocidad al caminar aumentaba un 32% y que el caminar requería un 18% menos de energía, además de que la asociación entre la prótesis y la calidad de vida mejoró de 39 a 62 en una escala de 0 a 100.
EL HUESO TRAS LA OPERACIÓN
Cuando se utiliza una prótesis de encaje o socket, el hueso no se carga y los músculos del muñón se mantienen inactivos, como consecuencia el músculo pierde volumen y el hueso se debilita. Sin embargo con el implante osteointegrado se restaura la carga natural del hueso y los músculos del muñón se reactivan para estabilizar el hueso.
CUÁNDO SOMETERSE A UNA OSTEOINTEGRACIÓN