Es innegable que la inclusión y representación de colectivos poco visibilizados, en pantalla y otros medios, es cada vez más significativa. Recientemente ha destacado por esta característica “Eternals”, película de Marvel dirigida por Chloé Zhao. Además de polémicas, una crítica dividida y muchas preguntas sobre el porvenir de la saga, ‘Eternals’ también trajo al centro de atención un nuevo superhéroe. Makkari que, interpretada por Lauren Ridloff, es una nueva heroína sorda del Universo Cinematográfico de la editorial.
No es el primer superhéroe de Marvel o DC que pertenece a un colectivo típicamente excluido de la gran pantalla. Recordemos que Charles Xavier, uno de los personajes de ciencia ficción más poderosos, hacía uso de una silla de ruedas, lo que no le imposibilitaba estar en uno de los puestos más poderosos e influyentes. Sin embargo, no podemos decir que las personas con discapacidades físicas tengan una amplia cabida en la representación a gran escala, de esta u otra índole.
Si bien las personas con discapacidad poseen distintas cualidades, no todas pueden, por ejemplo, llegar a ser deportistas paralímpicas. El porcentaje para conseguirlo se corresponde con el mismo que tiene una persona sin discapacidad de convertirse en atleta olímpico. Por ello, no podemos olvidar que estas necesitan tener derecho a una representación que se corresponda con su realidad, pues es una forma de mostrar y generar empatía en una sociedad que apuesta por reducir la discriminación y ser más accesible y justa en cuanto a igualdad de oportunidades.
En cuanto a Cyborg, superhéroe que podemos encontrar en “La liga de la justicia” de Zack Snyder, este representa a un joven muchacho de futuro prometedor que ve su carrera deportiva truncada por un accidente de tráfico. Por ello, se sirve de la tecnología para recuperar la funcionalidad de su cuerpo y, si bien le cuesta en un principio vivir su vida porque no logra recuperarse de los cambios que se ve obligado a experimentar, logra aceptarse y entender la cantidad de ventajas que su situación le aporta. Siendo así no solo un ejemplo de catarsis personal sino de la recuperación del cuerpo gracias a la intervención de los avances tecnológicos. Y, por ende, un superhéroe que encarna el compromiso de la ortopedia con sus clientes.