Centro Ortopedico Valencia, El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la empresa tecnológica Marsi Bionics ham desarrollado el primer exoesqueleto del mundo, que permitirá caminar a niños con atrofia muscular espinal.
Una enfermedad hereditaria y degenerativa que en España afecta a uno de cada 10.000 bebés y les dificulta gatear, andar, hacer tareas sencillas como peinarse e incluso respirar.
La patología afecta a uno de cada 10.000 bebés y es la segunda enfermedad neuromuscular más frecuente de la infancia. Hay 1.500 familias afectadas en España.
La tecnología ortoprotésica valenciana que incorpora este esqueleto artificial, consiste en unos soportes fabricados en fibra de carbono y aluminio de alta precisión que actúen como engranaje perfecto.
El exoesqueleto es un robot de 12 kilos que se acopla a las piernas y al tronco del niño y le ayuda a levantarse y caminar por medio de unos motores que imitan el funcionamiento del músculo humano. Cuando vayan avanzando las pruebas y las investigaciones, los materiales se irán sustituyendo por otros, como la fibra de carbono y el titanio para aligerar el peso del exoesqueleto.
“Tras ocho años de trabajo y superar, sobre todo, obstáculos financieros (el coste de fabricación por unidad asciende a unos 30.000 euros), legales y regulatorios, el paso del exoesqueleto del laboratorio al servicio de rehabilitación de un hospital «es el colofón a nuestro proyecto», señala la investigadora del CSIC.
Esta degeneración física se puede frenar. Cinco años después de prototipos, ensayos, investigaciones, la ingeniera de Marsi-Bionics Elena García se muestra esperanzada.
“Este exoesqueleto es único en el mundo porque se adapta al niño, cosa que no pasaba hasta ahora. Durante este tiempo hemos repetido una y otra vez las pruebas, hemos solventado los problemas, lo hemos ajustado hasta el último detalle”, reseña.
Con avances como éste, estamos cada vez más cerca de superar los imposibles.
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(vía El Periódico)
http://www.elmundo.es/ciencia-y-salud/salud/2017/11/29/5a1e95bae2704e462b8b45c5.html
(vía El Mundo)