El dolor de cuello o espalda es una queja frecuente, debido a que los músculos del cuello se distienden por una mala postura resultado, entre otros, de una mala inclinación sobre el ordenador o dispositivo móvil por ejemplo. Entre sus síntomas encontramos el hormigueo, la dificultad para realizar movimientos y la sensación de debilidad, todos asociados al dolor cervical también llamado más comúnmente como dolor de cuello.
La molestia, que afecta a la estructura cervical, incluyendo nervios, músculos, vértebras de la columna y discos amortiguadores, puede ser resultado de varias de las siguientes causas:
Encontrar la causa del dolor es importante para la posterior selección de la rehabilitación. Sin embargo, hoy en día destaca de entre estas consecuencias la primera en la población infantil.
Los niños españoles pasan casi cinco horas diarias frente a algún tipo de pantalla, aumentando el tiempo de exposición durante los fines de semana, según los resultados de la investigación de la Asociación para la Investigación de Medios de Comunicación (AIMC). Este estudio sobre la relación que guardan los niños de entre 6 y 13 años con los medios y la tecnología señala que estos pasan aproximadamente seis horas y media frente a la pantalla los fines de semana y casi cuatro entre semana.
Este nuevo caso ya tiene nombre: text neck (cuello de texto). Según un estudio del Hospital Municipal de Vicente López Dr. Bernardo Houssay, realizado entre 2014 y 2016, de 162 consultas por problemas de columnas, el 70% resultaron ser cervicalgias (dolor cervical), asociada al text neck.
Lo curioso es que estos síntomas estaban anteriormente asociados a personas mayores con un trabajo de largas horas en oficina. Pero ahora, los últimos resultados de 2018 del AIMC muestran que los niños están igual o más expuestos al dolor cervical. Esta patología, si manifestada en niños, debe ser tratada lo más prontamente posible ya que podría generar retracciones musculares, pérdida de equilibrio, alteraciones morfológicas posturales o, en casos extremos, trastornos y cansancio visuales.
Sin embargo, lo más importante es aumentar la concienciación sobre este tema, tanto entre los niños como entre los padres. En el caso de los primeros, para conocer los riesgos a los que se exponen y, por parte de los segundos, para controlar el uso de las pantallas cuyas consecuencias están infravaloradas así como tomar en cuenta las molestias de los pequeños y no correr riesgos al no tomarlas en serio.